Fue el mismo Cabello quién nos dijo que no podía irse de Querétaro sin almorzar el domingo en uno de sus mercados mas típicos y populares. Nos contó que el había crecido en un mercado asi, donde su padre tenía su propio puesto, y estaba encantado con el colorido y la variedad del Mercado de la Cruz.
Almorzamos allí, probó el caldo de barbacoa, un platillo nuevo que le encantó. Aprovechamos para comprar chiles secos, quesos con rajas, vasitos de fruta con chamoy, etc.
Satisfechos y felices nos lanzamos a Peña Bernal. El paseo fue muy divertido, conocimos algunos rincones del pueblo mágico, probamos el Jiote, y nos lanzamos a las faldas de la peña.
Algunos de los mas jóvenes (y no tan jóvenes) emprendieron la subida, mas de uno llegó hasta las cruces. Yo la verdad me dedique a disfrutar de la tarde y charlar con los que ya estabamos bastante cansados de cuatro días de taller y fiesta.
Merendamos gorditas de maíz azul (otro delicatessen nuevo para nuestro invitado) y cuando todo mundo ya había regresado de la peña fue hora de abrazos y despedidas, de buenos deseos e invitaciones para volver a vernos mas o menos pronto.
Axé para nuestro invitado M. Cabello
Axé para nuestros amigos
Axé para Nuestra Señora del Pueblito, que yo se que le gustó nuestra aventura.
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